¿Simplicidad en la Simulación? Un Equilibrio Delicado entre “Vieja Escuela” y Tecnología Moderna
¡Hola, comunidad de Ingeniería Innovación Ecuador! Hoy vamos a meternos en un debate tan clásico en ingeniería como el café de la mañana: la simulación y hasta dónde debemos simplificar nuestros modelos.
Hace poco, nuestro colega y seguidor de la comunidad (de paso te pido que te des una vuelta por TikTok y nos sigas en @ingenieria.avanzada.ec) lanzó una reflexión que seguro resuena con muchos (¡a mí incluido!): ese ligero cringe que sentimos al ver simulaciones súper cargadas de geometría y miles de cargas, cuando quizás una simetría bien aplicada, un análisis 2D o una segmentación inteligente podrían haber hecho el trabajo. ¡Totalmente respetable! Vengo de esa escuela donde simplificar era ley: menos recursos computacionales, cálculos más directos… ¡sentido común de ingeniero!
Pero aquí viene el giro argumental… ¿Siempre se puede simplificar?
Y esa es la frase clave que nuestro amigo mencionó y con la que estoy 100% de acuerdo: simplificar es genial… “siempre que se pueda”.
Imagínate la típica viga en voladizo de libro de texto. ¡Pan comido! Sacamos las fórmulas de resistencia de materiales, calculamos el esfuerzo máximo y ¡listo! Sabemos si esa sección aguanta o si necesitamos rediseñar. La matemática está de nuestro lado, es elegante, es simple.

Ahora, pongámonos creativos (o realistas, como suelen ser los proyectos). ¿Qué pasa si el arquitecto o el diseñador nos pide una viga con agujeros, curvas, chaflanes, una forma que se sale completamente del molde estándar? Esa viga que vimos en el video, con sus complejidades geométricas…

Aquí es donde la “vieja escuela” empieza a sudar frío. ¿Podemos seguir usando las mismas fórmulas simplificadas? Técnicamente, podrías intentarlo, pero estarías entrando en el terreno pantanoso de la incertidumbre. Esas ecuaciones se hicieron para geometrías bonitas y regulares. Aplicarlas a una pieza compleja es como intentar usar el mapa de Quito para navegar por Guayaquil: algo no va a cuadrar.
Terminas haciendo suposiciones, aplicando factores de seguridad que a veces son más bien “factores de desconocimiento” (¡aumentemos el tamaño por si acaso!), y cruzando los dedos para que todo salga bien. Y ni hablemos de intentar derivar las ecuaciones diferenciales exactas para esa geometría específica… ¡la solución a mano, como bien se dice, es prácticamente imposible o te tomaría una eternidad! Y eso para una simple viga… ¿Te imaginas un ensamblaje completo como el que también vimos? ¡Una locura!
¡Que Entren los Superhéroes Tecnológicos: Hola, SimSolid!
Aquí es donde la tecnología moderna, esa que a veces parece magia pero es pura ingeniería avanzada, nos rescata. Herramientas poderosas como SimSolid (y otras similares) cambian las reglas del juego. ¿Por qué? Porque están diseñadas para trabajar directamente con la geometría CAD real, compleja, con todos sus detalles, ¡sin el dolor de cabeza de tener que simplificar hasta el extremo o pasar horas mallando!

¿Tienes un ensamblaje con cientos de piezas, contactos, pernos y soldaduras? ¡Tráelo! SimSolid se encarga de analizar el comportamiento estructural del conjunto tal cual es. Esto significa:
- Resultados Rápidos y Certeros: Obtienes información valiosa sobre los esfuerzos y deformaciones en minutos, no días.
- Confianza Total: Analizas el modelo real, no una versión “diluida”. Sabes dónde están los puntos críticos considerando la interacción de todas las partes.
- Adiós a la Sobre-Simplificación Peligrosa: No te arriesgas a omitir detalles que podrían ser cruciales para la seguridad o el rendimiento.
- Menos Tiempo Perdido: Te enfocas en interpretar resultados y tomar decisiones de diseño, no en preparar y simplificar modelos.
El Equilibrio es la Clave
Entonces, ¿la simplificación es mala? ¡Para nada! Sigue siendo una habilidad fundamental del ingeniero saber cuándo y cómo simplificar correctamente. Pero no debemos aferrarnos a ella como única opción cuando la complejidad del problema real la supera.
Cuando te enfrentes a geometrías intrincadas, ensamblajes complejos o necesites resultados rápidos y fiables sobre el comportamiento real de tu diseño, no lo dudes: echa mano de las herramientas poderosas que la tecnología nos ofrece. Simplificar “porque sí” o por limitaciones de las herramientas antiguas puede ser más costoso y arriesgado a largo plazo.
Y tú, ¿qué opinas?
¿Eres más de la “vieja escuela” de simplificar a tope o ya estás abrazando la simulación de modelos complejos? ¿Qué herramientas usas? ¡Cuéntanos tus experiencias y opiniones en los comentarios! ¡El debate está abierto!
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